Crónica: Deportivo - Osasuna

Una de las cosas que diferencia al fútbol de otros muchos deportes es que cuando te plantas a ver un partido difícilmente acertarás cómo se va a desarrollar y mucho menos el desenlace final. Es posiblemente lo que hace tan atractivo a este deporte, que más allá de categorías, presupuestos o trayectorias, cada partido es un mundo imprevisible donde sólo se sabrá el desenlace al cabo de 90 minutos.

Para que los equipos favoritos acaben sacando adelante el reto, una cosa es innegociable, una cosa nunca debe faltar, una cosa es lo primero que se debe incluir en el juego: la motivación.

Es por esto que tras el sorteo para emparejar a los equipos en las eliminatorias de Copa yo consideré que Osasuna había tenido suerte. Visitar un campo como Riazor, con una afición tan entusiasta y a un equipo como el Deportivo, que se haya en categorías inferiores circunstancialmente, permitía asegurar que los rojillos iban a salir con las pilas puestas y sin exceso de confianza.

Por si fuera poco todo eso, en el minuto 23, el deportivista Doncel clavaba una falta por la escuadra en un lanzamiento exquisito y pleno de calidad. Si a los aficionados nos hubiesen dado una foto de la colocación del balón, de la barrera, del portero y un bolígrafo para marcar la trayectoria ideal del recorrido del balón, todos hubiésemos dibujado exactamente ese recorrido. Doncel lo hizo realidad y encima con la potencia exacta. Un golazo que Osasuna encajó como los buenos púgiles, con dolor al principio pero sin que le temblasen las piernas, sabedor de que en su delantera también jugaban dos buenos pegadores.

Otra cosa que siempre aparece en los partidos de fútbol con un peso terrible es la suerte. A mi entender, un gol en el tres de añadido de la primera parte siempre conlleva algo de suerte. Saque de esquina a favor de Osasuna (el enésimo) y Kike García consigue el empate rematando de derecha. Soñarán con él los defensas deportivistas durante días. Luchador, incansable, fuerte y con calidad fue un mal sueño para los centrales blanquiazules.

La segunda parte empezaba con tablas en el marcador y con la incertidumbre del desenlace. Partido de poder a poder que se decidió en un disparo de Kike García (de nuevo) que tras ser rechazado por el portero cayó a los pies de Ante Budimir, quien había sabido seguir la jugada observando no caer en fuera de juego. El croata marcó con más facilidad de la que yo paro el despertador cada mañana. Un día más en la oficina.

A partir de ahí, un buen Depor y un serio Osasuna nos ofrecieron un partido de calidad y disputado, pero sin grandes ocasiones. El 1 a 2 no varió y Osasuna estará en el bombo en el sorteo de hoy, mientras el Deportivo se puede centrar en mantener el nivel para acabar primero de grupo y retornar por la vía directa a la categoría mínima en la que debe participar un equipo de su historia y afición.


Firmado: @Tomasonavarro



Comentarios

  1. Gracias Tomás! La parte del bolígrafo me ha encantado. Motivación y suerte son 2 de los motores en el fútbol, sin duda.

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  2. Muchas gracias por tu comentario, me alegro de que te haya gustado.

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